domingo, 17 de febrero de 2019

EL YIN Y EL YANG DE GALICIA EN LA ARGENTINA.

En la filosofía china, el yin y el yang son dos conceptos opuestos y complementarios. Entre otras cosas, el yin representa el lado oscuro de las cosas y el yang, lo contrario, el luminoso.
Estos conceptos serán utilizados por mi hoy para referirme a distintas fases de la actuación de la Xunta de Galicia, antes y después de la instalación en la ciudad de Buenos Aires, de su oficina Delegada.
Con el predominio del yang (luminosidad) asistimos a la creación de dos hitos únicos en nuestra diáspora, el Instituto Argentino Gallego Santiago Apóstol, gestionado  por la Fundación Galicia América (constituida por la Xunta de Galicia y el Centro Galicia de Buenos Aires),-durante el gobierno de Manuel Fraga Iribarne- y la instalación de una Delegación de la Xunta en la Ciudad de Buenos Aires, -en la presidencia de Emilio Pérez Touriño-.
En el colegio,-testimonio de nuestro agradecimiento al país que tan generosamente nos acogió- la lengua y la cultura de Galicia son fanal orientador para muchos/as jóvenes de este gran país.
La oscuridad y el oscurantismo, tienen su representación más acabada en la personalidad y actuaciones del delegado de la Xunta de Galicia, Alejandro López Dobarro.
Este señor que aterrizó en nuestra colectividad a través de su incorporación al Partido Popular, sin que se le conozca actuación o presencia anterior en ninguna entidad gallega, realizó a partir de su llegada un meteórico ascenso que lo llevó, en primer término, a ser el delegado de la Xunta de Galicia para la Argentina y Uruguay, designado por el presidente Núñez Feijóo, es también vicepresidente de la obra social OSPAÑA, puesto desde el que votó, afirmativamente, la aprobación del estatuto que excluyó de la misma al Centro Gallego de Buenos Aires. Alejado de su profesión periodística, en la que transitó por el mundo de la farándula, rápidamente alcanzó importante injerencia en el PP de la Argentina y tras diversas maniobras con las que consiguió descabezarlo, fue designado al frente de una gestora que, supuestamente, lo iba a normalizar, dejándola prontamente en las  tinieblas, -aún perduran- que tanto lo identifican. Porque tenebroso resultó, por mucho tiempo, el famoso y no gratuito intento de lograr el record de la muiñeira con más participantes del mundo, debí indagar mucho para desmontar el sofisma. Tenebroso resulta también que, después de las exitosas realizaciones de los Buenos Aires Celebra Galicia, el último año no se realizase y jamás se diera una explicación lógica y pública.
Lógicamente, el señor López Dobarro tiene un jefe inmediato que es el secretario Xeral da Emigración, Antonio Rodríguez Miranda y ambos cuentan con el paraguas protector del señor Presidente de la Xunta de Galicia.
Mi primer encuentro con mandatarios gallegos fue en el campo que el Centro Galicia de Buenos Aires tiene en Olivos -Pcia. de Buenos Aires- , allí el señor Fernando González Laxe, entonces presidente de la Xunta, compartió un multitudinario xantar con la colectividad y el también presidente de la República Argentina, Raúl Alfonsín; en el mismo lugar asistí en años posteriores a encuentros con los presidentes autonómicos, Manuel Fraga y Emilio Pérez Touriño y con los del gobierno español, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero. Desde que el señor López Dobarro, conduce la Delegación de la Xunta, no se repitieron encuentros en ese lugar. Tanto el presidente gallego Alberto Núñez Feijóo como su homónimo español Mariano Rajoy, se reunieron con la colectividad en las magníficas pero, reducidas instalaciones del Club Español. Posiblemente el señor Dobarro, que nunca aprendió el idioma gallego, se sienta más identificado con el Club Español que con las entidades de la colectividad gallega. Extraño resulta que, teniendo su oficina en la sede social del Centro Galicia, entidad que posee magníficos salones, siempre puestos a disposición  de Galicia en forma gratuita, actos menores, en cuanto a la cantidad de asistentes, como fueron unas Jornadas de actualización e información sobre los programas de la Secretaría Xeral da Emigración de la Xunta de Galicia, a cargo de los señores, Antonio Casas y José Iglesias, funcionarios de tal Secretaría, se hayan realizado los días 11 y 12 del corriente en el recurrente Club Español, contando el colectivo gallego con más de una decena de instituciones en la Ciudad de Buenos Aires, que ofrecen espacios más que aptos para este tipo de encuentros.
Pero no siempre el Delegado permanece en las tinieblas. Su presencia fue altamente visible, acompañando a los mencionados funcionarios gallegos, en visitas a distintas entidades de la colectividad, a saber:  Espacio Cultural Campustellae, del Centro Betanzos y la Fundación Xeito Novo, en C.A.B.A.; Centro Gallego de Jubilados y Pensionados de la República Argentina, en Avellaneda; Hogar Gallego para Ancianos, en Domselaar; Centro Gallego da Comarca de Ordes, en Valentín Alsina; Centro Gallego de Rosario y Centro Gallego de Santa Fe, en tal provincia; Sociedad Parroquial de Vedra y Sociedad de Tui Salceda, en C.A.B.A.; y Campo Galicia del Centro Galicia, en Olivos. Habrá personas que al escucharme se preguntarán ¿y al Centro Gallego de Buenos Aires, no irían? No, y a mí lógicamente no me sorprendió.
Como dije al comenzar, el yin y el yang son conceptos opuestos y complementarios, nuestro yin -el lado oscuro- lo integran el Delegado de la Xunta de Galicia y sus superiores. Como entender si no, que los funcionarios visitantes, no hayan visitado una de las más preciosas gemas de nuestro yang, el Colegio Santiago Apóstol, orgullo presente y futuro de Galicia en la República Argentina, creado y sostenido, por el Centro Galicia y la Xunta de Galicia a través de la Fundación Galicia América. 
Teniendo en cuenta que en este instituto educativo se imparte la enseñanza de la lengua gallega, viene a mi mente una frase que considero oportuna para el cierre: 
"O galego que non fala na lingua da súa terra, non sabe o que ten de seu, nin é merecente dela".



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