CRISTÓBAL
COLÓN GALLEGO DE PONTEVEDRA
Colón
es tras Jesucristo la figura más conocida de la Historia Universal. No obstante,
su vida anterior al descubrimiento está rodeada de enigmas desde el mismo
instante de su propio nacimiento. El propio Almirante quiso que fuese así, tal
como confesara su hijo Fernando. Ni siquiera su fisonomía es conocida con
precisión, puesto que jamás posó para un retrato. La intención de esta
conferencia es aportar datos que nos acerquen a un mayor conocimiento del
personaje.
Comienzo
esta exposición con algo que dijo en una conferencia, uno de los más
importantes investigadores del origen de Colón, el gran periodista, jurista e historiador
asturiano, Rafael Calzada, que luego publicó en su libro, “La Patria de Colón”.
Dice así: “empezaré diciéndoos, con toda ingenuidad, que me he pasado la vida,
lo mismo que todos y cada uno de vosotros, sabiendo y afirmando esto: Colón, el
insigne descubridor de América, fue un marino genovés, al servicio de España,
en tiempo de los Reyes Católicos. ¿Sabía yo y afirmaba un hecho verdadero?
Colón mismo, al fundar su mayorazgo, en el documento que otorgó en Sevilla, el
año 1498, protocolizado ante el escribano don Martín Rodríguez y confirmado por
su codicilo de 19 de mayo de 1506 dijo, refiriéndose a Génova: …”porque de ella
salí y en ella nací”. ¿A qué, entonces, dudar de ello? Quedó el hecho como un
dogma histórico, como algo indiscutible. Debo confesar que al encontrarme, allá
por el año 1900, viajando por los países del Oriente, en una revista madrileña,
con un artículo intitulado: Cristóbal Colón, ¿de
Pontevedra?, no pude por menos de sonreir.”
Aquí
debo aclarar que a la muerte del cuarto Almirante Diego Colón en 1578, se extinguió la línea directa de varón
y motivó un pleito por la sucesión que no terminaría hasta el año 1608 (treinta
años), en el juicio se presentaron dos testamentos uno de 1506 en el que se
hacía referencia a otros de 1502 y 1505 que nunca aparecieron. En el de 1506
constituye Cristóbal Colón mayorazgo a favor de su hijo Diego:
Se presenta otro testamento en el juicio, donde aparecen las famosas
frases:
“siendo yo nacido en Génova … della salí y en
ella nací…”.
En este
testamento de 1498, se advierten bastantes irregularidades:
·
La firma que aparece no se corresponde con la
grafía del Almirante y cometen varios errores al colocar los puntos que
Cristóbal Colón situaba a cada lado de las eses.
·
Se
da como vivo al Infante D. Juan cuando había fallecido el 7 de octubre de 1497.
Cuando se presentó este documento ya habían pasado 80 años desde los hechos.
·
No fue
elevado a escritura pública.
·
Aparecen
varios renglones tachados y con distintas fechas.
·
Los
giros gallegos que Cristóbal Colón tanto usaba en su habla y escritura,
aparecen correctamente en el de 1506 y reemplazados en el de 1498
·
La
institución no era de su letra, al documento le faltaba una hoja, la más importante,
y el tribunal consigna que: “no está auténtica ni solemne”
·
Aparece
firmado por los Reyes Católicos y su secretario de Estado, don Fernando Álvarez,
que había muerto en 1501 y que desde cuatro años antes no firmaba.
El testamento de 1506, otorgado en Valladolid,
fue el único que se tuvo en cuenta como indiscutible para regular la sucesión
de la herencia, títulos y privilegios, en él no dice que nació en Génova ni en
parte alguna, ni hace mención a ningún pueblo de Italia ni del genovesado.
Cuando en 1992 leí en la tapa de Mundo
Gallego (el periódico del Centro Galicia que años después tuve el honor de
dirigir) que existía una teoría que sostenía el origen gallego de Cristóbal
Colón. Reaccioné exactamente igual que don Rafael, sonreí. Unos días después se
lo comenté, como algo jocoso, a don Manuel Martínez Lamela, por entonces
presidente del Instituto Argentino de Cultura Gallega, expresidente del Centro Lucense, a quien siempre respeté
y admiré por sus grandes conocimientos, recibiendo como respuesta un
contundente: “¿cómo, usted no sabe que sí era gallego? Le recomiendo que compre
en el Centro Gallego el libro La Cuna Gallega de Cristóbal
Colón, y luego hablemos.”
Compré el libro (aquí está), lo leí y
comencé mi propia búsqueda de información y mi modesto aporte para la difusión
de lo que considero una verdad, de la que todos los gallegos debiéramos estar
informados y lógicamente orgullosos.
En este sentido, habiéndose agotado en
el Centro Gallego, el libro de referencia, solicité hace algunos años, a quien
entonces era el presidente de la Diputación de Pontevedra, don Rafael Louzán
Abal, que tal organismo reeditara el libro y acompañase su lanzamiento con una
importante campaña de difusión. La respuesta del señor Louzán, típicamente
gallega retranqueira, : ¿y tu crees que Colón era gallego?
Desde luego que un Presidente de
Diputación, no dispone de los mismos tiempos para la lectura, que Rafael
Calzada, en su momento, o yo mismo, pero sí de colaboradores que pueden
realizar esa tarea y que, sin duda, no lo hicieron, privando a don Rafael de
compartir mis pensamientos al respecto, lo cual sin duda no tendría la menor
importancia, de no ser porque yo, me sumé a los siguientes defensores de la
teoría: Celso García de la Riega, (principal impulsor); Manuel Quiroga;
Wenceslao Fernández Florez; Ramón del Valle Inclán; Emilia Pardo Bazán; Eduardo
Pondal; Daniel Alfonso Rodríguez Castelao, Alfonso Philippot; Gerardo Fernández
Albor, primer presidente de la Xunta de Galicia; entre muchos más.
Yo, por supuesto, estoy convencidísimo
que don Cristóbal nació en Pontevedra, a lo largo de esta charla aportaré
pruebas que considero contundentes, pruebas que no hallo para avalar la
condición de genovés del gran Almirante.
Dice Calzada en su libro La Patria de
Colón: [Lo cierto es que todo convence de que aquel hombre (refiriéndose a
Colón) faltaba a la verdad al llamarse extranjero. Sus hechos demuestran que no
conocía el italiano. En su correspondencia con el famoso cosmógrafo Toscanelli,
al consultarle sus proyectos, ni se llama nunca compatriota de éste, siquiera
para hacérsele más grato, ni emplea jamás el italiano, tanto que Toscanelli le
tenía por súbdito del rey de Portugal, y así lo dice en una carta, con estas
palabras: “Por lo cual y otras muchas cosas que podrían decirse, no me admiro
que tengáis tan gran corazón, como toda la nación portuguesa, en que siempre ha
habido hombres señalados en todas empresas”. Como se ve, le consideraba
portugués y enaltecía a Portugal procurando halagar, probablemente, de ese
modo, su amor patrio.
Como es de suponer, Colón no podía
decir a Toscanelli que fuese italiano, puesto que el embuste quedaría en
descubierto por el hecho de no conocer el idioma. El mismo Lorenzo Ghiraldi,
que lo puso en relación con Toscanelli, jamás insinuó a éste que Colón fuese su
compatriota, como con toda seguridad lo habría hecho, si lo tuviese por tal.]
Sigue diciendo Calzada [A todo esto,
puede agregarse que Colón dirigió un mensaje a la Señoría de Génova y, ese
mensaje lo escribió en castellano –así se conserva en el Museo Municipal de
Génova- cuando lo natural, dirigiéndose a la más alta autoridad de “su patria”,
habría sido que lo hiciese en italiano, y, muy particularmente, en genovés].
Sigue diciendo Calzada. [Es preciso no
olvidar que Fernando, algunos años después de la muerte de su padre, estuvo en
Génova y recorrió la Liguria en busca de personas de su familia, y no encontró
ninguna. Diciendo al respecto “Pasando yo por Cugureo, procuré informarme de
dos hermanos Colombos, que eran los más ricos de aquel castillo, y se decía
eran algo parientes suyos (del Almirante); pero porque el más mozo pasaba ya de
cien años, no supieron darme noticia de esto, ni creo que por esta ocasión nos
quede menos gloria del proceder de su sangre”. Esto sólo bastaría para
convencer de que el Descubridor no era oriundo de aquella tierra; porque si lo
fuese, aparecería como cosa de todo punto imposible, dada su gloria, ya
entonces esparcida por todas partes, que ni Fernando encontrase en su paciente
exploración ningún deudo suyo, ni nadie saliese a decirle que fuese de la
familia del virrey y Almirante en Indias, Cristóbal Colón.]
Colón se presentó como tal a los reyes
de Portugal y no como Colombo, esto queda demostrado cuando Don Juan II se dirigió
a él el 20 de marzo de 1488, desde Avis, llamándole Cristóbal Colón, de igual
forma se presentó a los Reyes Católicos el 20 de enero de 1486, resulta obvio
que en ambas ocasiones, pero principalmente en Portugal debiera presentarse con
el nombre genovés de Cristóforo Colombo.
Convencido ya de que Colón no era
Colombo, trataré de demostrar que era español.
El Almirante escribe en su Diario de
Navegación, dirigiéndose a los Reyes “En el Katay domina un príncipe llamado el
Gran Kan, que en nuestro romance, significa rey de reyes”. Una persona no nacida en España, en tal
situación diría: en vuestro romance o, en vuestro idioma. Decir “nuestro
romance” es asumirse español, aunque mucha gente no lo quiera aceptar.
Entre quienes sostenemos que era
español, hay quienes dicen, de Cataluña, de las Islas Baleares, de Castilla,
etc. Y por supuesto la mayoría que creemos en su nacimiento en Poio en la hoy
provincia de Pontevedra.
Nuestros fundamentos: Por
documentación hallada por los investigadores, se aceptan sin dudar tres
miembros de la familia Colón de Poio: Juan de Colón; Constanza de Colón y A. de
Colón, cuyo nombre podría ser Alfonso, Alonso o Antonio.
Sobre Juan, existen varios documentos,
así como una inscripción en una capilla de la basílica de Santa María en
Pontevedra y otra en la base del cruceiro ante la Casa Museo de Colón en Poio.
Igualmente, está documentada la
presencia permanente en Pontevedra de numerosos descendientes del Almirante,
así como varias visitas de un nieto de Colón, también llamado Cristóbal, a
diferentes cofradías de marineros en Pontevedra, durante la época en que estaba
en discusión la herencia del Descubridor.
Distintos estudios efectuados sobre escritos
de Colón, como el realizado por Martinho Montero Santalba, filólogo y
presidente de la Academia da Lingua Portuguesa,
demuestran que el Almirante utilizaba como forma de expresión habitual, un
lenguaje dotado de numerosos giros gallego-portugueses, muchos de ellos propios
y exclusivos de nuestro idioma.
La nave conocida como Santa María, se
llamaba en realidad “La Gallega”, nombre que Colón utilizó en naves que
participaron en tres de los cuatro viajes realizados, siendo el único nombre
que se reiteró en tres ocasiones.
El 18 de diciembre de 1492, el
Almirante mandó engalanar la Santa María para celebrar la festividad de la
Virgen de la O, patrona de Pontevedra. Fue el único día declarado festivo
durante todo el viaje.
España
es desde siempre un importante productor de vinos, es el país con más viñedos
en el mundo, con producción de tal bebida en sus 17 autonomías, no deja de ser
sugestivo por tanto, que el navegante hiciese acopio de vino del Ribeiro para
realizar sus viajes. En documentos descubiertos recientemente en
el archivo nacional de Simancas, que narran el juicio que el comendador
Bobadilla hizo a Cristóbal Colón por sus presuntos desmanes en La
Española, se demuestra que la primera expedición al nuevo continente llevaba
vino del Ribeiro.
Los escritos datan del año 1.500 y en
ellos hay un párrafo que se refiere a que un cura, supuestamente gallego, le
pide a Colón más ración «del buen vino de Ribadavia», porque estaba enfermo, a
lo que Colón se negó, convirtiéndose en una prueba
de cargo contra el almirante.
A la primera isla descubierta le puso
el nombre de San Salvador. Sin duda una confusión del Almirante, con El
Salvador. El primero es el nombre de un santo, el segundo Cristo. En España hay
más de doscientos pueblos que llevan el nombre de San Salvador. Pues salvo uno
o dos, en Cataluña, debido a que de allí era San Salvador de Horta, posterior a
Colón, único San Salvador del santuario, uno muy posterior en Vizcaya, y una
pequeña aldea en Palencia, todos los demás pertenecen a Galicia, excepto una
pequeña cantidad en Asturias, seguramente por la influencia fronteriza de
Galicia. No significa esto que el nombre San Salvador sea exclusivamente
gallego, aunque resulta bastante extraño que un supuesto genovés eligiera una
figura religiosa tan gallega, cuando lo natural hubiera sido llamarle El
Salvador, dado el significado que le atribuía, curiosamente San Salvador de Poio
es la parroquia en la que aceptamos nació don Cristóbal, en el lugar de
Portosanto.
Analiza magníficamente Rafael Calzada
en su libro: “mientras el Descubridor no se acordó para nada de Italia, ni de
Génova, ni de Portugal, ni siquiera de Palos, o la Rábida, o Santa Fe, para él
tan memorables, ¿cabe en lo posible, en lo humano, que en la obra del
Descubrimiento, realizada, no ya por un genovés, sino hasta por un español
ajeno a la región gallega, se reúnan, por mera casualidad, los nombres de San
Salvador (2 veces), Santiago (3 veces), La Gallega (cuatro veces), Porto Santo,
San Juan Bautista, San Miguel, Santa Catalina, San Nicolás (2 veces), que son
los nombres de las cuatro cofradías de Pontevedra, La Galea y Punta Lanzada,
todos gallegos, y todos menos dos, pertenecientes a Pontevedra o sus
hermandades?
En la isla de Cuba, él creía que era parte del
continente, bautizó Cayo Moa, Río Moa y Monte Moa; en Pontevedra, en la costa
sur de la ría, están sus homónimos Cova da Moa, Punta da Moa y Cabezos de Moa,
nombres de los cuales no hay registro de que existan en otro lugar del planeta.
En Haití nombró Isla de las Ratas, a una próxima a la entrada de la ensenada de
Santo Tomé; en Galicia, la Isla das Ratas, está en la costa norte de la ría de
Arosa. En República Dominicana, designa Bao a un río; en Galicia, Punta Bao,
playa Bao y Rio Bao, los tres próximos entre sí, se encuentran frente a la isla
Toralla, en la costa sur de la ría de Vigo. Son más de 200 los nombres gallegos
usados por el Almirante en sus descubrimientos, por supuesto estando en la
Sociedad de Salvaterra de Miño, debo decir que a un río lo bautizó Miño. A todo
espíritu que no se halle dominado por una invencible prevención, la
contestación que se impone es necesariamente:¡ no es posible tanta casualidad ¡
En relación a los nombres queda todavía algo por añadir.
“Pontevedra – dice el ilustre Otero
Pedrayo en su Guía de Galicia-, tuvo rica judería, cuyo barrio aún se
conserva.”
Cristóbal Colón perteneció a esa
colonia judía de la Moureira, pero demostró siempre ser judío cristiano o
converso convencido.
No obstante, la herencia atávica no se
había apagado en él como lo demostró con su exaltación de los profetas y
guerreros del antiguo pueblo de Israel, bautizando con sus nombres lugares del
Nuevo Mundo, a saber:
Abraham–Una ensenada de la Isla Isabela, en Las Lucayas.
Isaac-Una punta de la Isla Santa María la Antigua.
Salomón-Un cabo de la Isla Guadalupe.
David-Una caleta de la Isla Jamaica(nombre impuesto por los ingleses
cuando invadieron la isla que Colón bautizara con el nombre de Isla de
Santiago).
San David-Una ensenada de la Isla Dominica y una ensenada de la Isla
Granada. (Isla que Colón bautizara como Concepción).
Sinaí-Un monte de la Isla Granada.
Reafirmando
esto, añado que, el Almirante en carta a doña Juana de Torres, Aya del Príncipe
don Juán, escribió lo siguiente: “No soy el primer Almirante de mi familia;
pónganme el nombre que quieran, que al fin David, Rey muy sabio, guardó ovejas
y después fue hecho Rey de Jerusalén; yo soy siervo del mismo Señor que puso a
David en este estado.”
Pónganme el nombre que quieran dijo don
Cristóbal, ahondando en el enigma de su
identidad. Interpreto yo, Cristóbal Colón, Cristóforo Colombo o Pedro Madruga,
sí, Pedro Álvarez de Sotomayor mejor
conocido como Pedro Madruga (porque
sus ataques militares se producían siempre a hora muy temprana), era, según
creemos, Cristóbal Colón, noble en Galicia y Portugal, Conde de Camiña
(Portugal), Señor de Sotomayor, Mariscal de Bayona y Vizconde de Tuy
(Pontevedra, Galicia).
Antes de comentar la
documentación que nos permite inferir que Pedro Madruga y Cristóbal Colón eran
la misma persona, haré una digresión acerca de la situación histórica en aquella
España.
En
1474 murió el Rey Enrique IV,
comenzando la guerra de sucesión entre
su hermana Isabel de Castilla (Isabel la Católica) y su sobrina Juana de
Castilla, la legítima heredera, conocida como Juana la Beltraneja, que
estaba prometida en matrimonio con el monarca Portugués Alfonso V. La nobleza gallega se divide, algunos apoyan
a Isabel de Castilla y otros a Juana la Beltraneja, siendo el reino de Galicia
el principal opositor de los Reyes Católicos.
Isabel la Católica. Al
margen de la historia oficial, usurpó un trono que no le correspondía. Era la
cuarta en la línea sucesoria: Su sobrina Juana, fue declarada bastarda, sus hermanos,
Enrique y Alfonso, murieron “casualmente” envenenados, e Isabel se alzó con el
trono. Creó un estado férreamente centralista, con una policía política, la
Sta. Hermandad, y una policía del pensamiento: La Sta. Inquisición. Asesinó,
legalmente por supuesto, a más de 10.000 (diez mil) judaizantes, herejes (?) y disidentes,
y más de 200.000 conocieron sus métodos represivos en todo su reino.
Considerando la población total del país en la época, estas cifras son escalofriantes”
Los Reyes castellanos enviaron ejércitos a
Galicia para someter a los nobles opositores, entre éstos fueron los
principales el mariscal Pardo de Cela (decapitado en Mondoñedo) en el norte de
Galicia y Pedro Álvarez de Sotomayor (Pedro Madruga) en el sur. En 1479
se firmó la paz entre Castilla y Portugal (quien prestaba apoyo a los nobles
gallegos) al tiempo que los Reyes Católicos se consolidaban como monarcas
de Castilla y Aragón.
Se
firmaron tratados otorgando el perdón general a todos los nobles que pelearon
en contra de los Reyes Católicos, se pidió el otorgamiento de perdón muy
especialmente a Pedro Álvarez de Sotomayor, Conde de Camiña, pero éste
siguió desobedeciendo a los monarcas castellanos.
Los
Reyes Católicos para dirigir y domar al pueblo gallego, nombraron a Fernando de
Acuña como virrey en Galicia, su aliado Alonso de Fonseca Ulloa,
arzobispo de Santiago, rompió toda relación con Pedro A. de Sotomayor
(Pedro Madruga) en 1480 reclamándole la devolución de las feligresías que tenía
su feudo, D. Pedro tuvo que refugiarse en Portugal, después de ver la
suerte que corrió el mariscal Pardo de Cela.
La
pacificación de Galicia por los Reyes Católicos consistió en prohibir las bodas
y bautizos que se acostumbraba celebrarlas durante varios días, prohibieron
todas las reuniones de más de 6 personas, so pena de muerte, se prohibió hablar
en gallego, cerraron el comercio marítimo y mandaron arrancar las viñas y
olivares, cuya producción se exportaba a países nórdicos, entre otros muchos atropellos.
A los nobles que tenían arraigo y poder en Galicia los trasladaron a otras
regiones de Castilla para que no se opusieran a sus sabias medidas, lo mismo se
hizo con los eclesiásticos y maestros para evitar que reagruparan a la
población, se les envió lejos de Galicia.
Se han
realizado serias investigaciones sobre la escritura de Colón, el 14 de octubre
del 2009 se dio a conocer un descubrimiento asombroso, gracias al
adelanto tecnológico, la perito calígrafo y grafo psicológico
Teresa Torres Legarreta, realizó un estudio comparativo de la escritura de
Cristóbal Colón y Pedro Álvarez de Sotomayor (Pedro Madruga). La
perito calígrafo mostró con gráficos y superposiciones de escrituras como las
formas de las letras son muy similares en ambos personajes. Las
investigaciones de la perito fueron comunicadas a la Universidad de Barcelona
para la revisión del estudio y 80 expertos calígrafos coincidieron en que
aparecen todas esas similitudes entre las letras y sus formas. Lo que no deja
lugar a dudas, Pedro Álvarez de Sotomayor y Cristóbal Colón eran una misma persona.
Es creencia bastante generalizada que, Cristóbal
Colón procedía de la nobleza, Los propios Reyes Católicos lo
testimonian en dos salvoconductos adjuntos a las capitulaciones de San Fe, en
los que se refieren a él como “noble varón” y “noble capitán”. Nadie que no
perteneciese a la nobleza recibía ese tratamiento. Pedro Madruga era Conde de
Caminha. Escribía con giros gallegos, conocía perfectamente las costas de
Galicia principalmente las de Pontevedra, tenía tratos con la alta nobleza
portuguesa.
Pedro Álvarez de Sotomayor (Cristóbal Colón), y su hermano João Gonçalves de Sotomayor (Bartolomé Colón), eran hijos bastardos de Fernán Yáñez (Eannes) de Sotomayor, fruto de sus relaciones con Constanza Gonçalvez de Colón, tenían dos medios hermanos uno por parte de su madre, de nombre Diego Colón, y otro por parte de su padre de nombre Alvar Páez de Sotomayor (heredero legitimo de la casa de Sotomayor).
Cristóbal Colón tenía conocimientos de latín y de las sagradas escrituras, por haber sido seminarista en Santo Domingo de Tuy, entre 1440 y 1446, por deseo de su padre Fernán Yáñez de Sotomayor, en 1446 cambia los libros por la espada y la navegación. Su hermano Don Alvar Páez de Sotomayor, heredero de la casa de Sotomayor, sin tener descendencia y antes de morir, consiguió de Enrique IV, en 1468, la legitimación en orden de sucesión en los bienes y derechos de la casa Sotomayor a favor de su medio hermano Pedro Álvarez de Sotomayor, a la muerte de Alvar P. Sotomayor en las revueltas Irmandiñas, Pedro toma posesión de la casa Sotomayor, recuperando el patrimonio familiar perdido por la revuelta y aumentando su señorío, convirtiéndose en uno de los señores feudales con más poder de la época.
Cristóbal Colón aparece cuando desaparece Pedro Álvarez de Sotomayor, en una supuesta y misteriosa muerte, supuestamente muere en 1486, pero más que morir desaparece porque no hay entierro, no se encuentra el cuerpo, nadie lo reclama, y casualmente el día que Cristóbal Colón visita a los Reyes Católicos está documentado que es el mismo día que Pedro Madruga visita a los monarcas, en la misma corte, en el mismo día y a la misma hora, estuvieron sentados en el mismo banco. Después desapareció misteriosamente y no se sabe nada de él pero curiosamente aparecen más de 100 documentos que lo dan por vivo hasta 1506. Se trata de reclamaciones de dinero, pleitos etc donde se menciona a Pedro Madruga como una persona viva.
Pedro Álvarez de Sotomayor (Cristóbal Colón), y su hermano João Gonçalves de Sotomayor (Bartolomé Colón), eran hijos bastardos de Fernán Yáñez (Eannes) de Sotomayor, fruto de sus relaciones con Constanza Gonçalvez de Colón, tenían dos medios hermanos uno por parte de su madre, de nombre Diego Colón, y otro por parte de su padre de nombre Alvar Páez de Sotomayor (heredero legitimo de la casa de Sotomayor).
Cristóbal Colón tenía conocimientos de latín y de las sagradas escrituras, por haber sido seminarista en Santo Domingo de Tuy, entre 1440 y 1446, por deseo de su padre Fernán Yáñez de Sotomayor, en 1446 cambia los libros por la espada y la navegación. Su hermano Don Alvar Páez de Sotomayor, heredero de la casa de Sotomayor, sin tener descendencia y antes de morir, consiguió de Enrique IV, en 1468, la legitimación en orden de sucesión en los bienes y derechos de la casa Sotomayor a favor de su medio hermano Pedro Álvarez de Sotomayor, a la muerte de Alvar P. Sotomayor en las revueltas Irmandiñas, Pedro toma posesión de la casa Sotomayor, recuperando el patrimonio familiar perdido por la revuelta y aumentando su señorío, convirtiéndose en uno de los señores feudales con más poder de la época.
Cristóbal Colón aparece cuando desaparece Pedro Álvarez de Sotomayor, en una supuesta y misteriosa muerte, supuestamente muere en 1486, pero más que morir desaparece porque no hay entierro, no se encuentra el cuerpo, nadie lo reclama, y casualmente el día que Cristóbal Colón visita a los Reyes Católicos está documentado que es el mismo día que Pedro Madruga visita a los monarcas, en la misma corte, en el mismo día y a la misma hora, estuvieron sentados en el mismo banco. Después desapareció misteriosamente y no se sabe nada de él pero curiosamente aparecen más de 100 documentos que lo dan por vivo hasta 1506. Se trata de reclamaciones de dinero, pleitos etc donde se menciona a Pedro Madruga como una persona viva.
Por los escritos que dejó Colón se puede ver que los
personajes son el mismo, Colón decía que la forma de vivir de sus antepasados
fue el de mercaderías por la mar, como los Colón de Pontevedra, que eran
mercaderes, todos relacionados con las actividades marítimas de aquella época,
su padre Fernán Yáñez de Sotomayor era un importante armador de Pontevedra,
tenía la capitanía de barcos propios, de mercancías y de “al corso” y
están relacionados con los de Colón de Pontevedra.
Colón decía que vivió de las armas, Pedro Álvarez de Sotomayor se enroló como mercenario, adiestrándose en el manejo de las armas.
Colón decía que vivió de las armas, Pedro Álvarez de Sotomayor se enroló como mercenario, adiestrándose en el manejo de las armas.
Colón decía que estuvo veintitrés años en la mar y
Pedro Álvarez de Sotomayor comprueba que estuvo veintitrés años en la mar,
hay constancias que justifican a Pedro A. de Sotomayor sus conocimientos
náuticos y su ausencia de 23 años, existen varios documentos y cronistas de la
época que lo avalan, entre otros, Vasco De Aponte que nos dice “Pedro Álvarez de Sotomayor llega a Galicia con muchas riquezas por
sus correrías marítimas y grandes alianzas portuguesas” o como nos
narra L. Ferreiro: “una vez liberado de la tutela de Fray Esteban
de Soutelo, en 1446 “cambió los libros por la espada”, y en 1469 regresó a
Galicia después de veintitrés años de ausencia”.
El fraile Diego de Deza estudió junto con
Pedro A.de Sotomayor, y fue de los que más apoyaron a Colón en su empresa del
descubrimiento. El cardenal de Toledo que también lo ayudó era pariente de
los Sotomayor; los amigos de Colón son también los amigos y valedores de
Pedro A.de Sotomayor, los enemigos de Colón que siempre lo estuvieron
fustigando son curiosamente los enemigos de Pedro A. de Sotomayor, entre ellos
el arzobispo Fonseca.
El comportamiento de Pedro Álvarez de Sotomayor a quien
sus enemigos tenían por cruel, es igual
que el comportamiento de Colón. Pese a lo que muchos creen, Colón era cruel y
déspota como lo aseguran sus marineros y contemporáneos, que es el clásico
comportamiento de un señor feudal de la época.
Lucio Marineo Siculo, capellán y confesor de los
Reyes Católicos, que conoció en la Corte a Colón, escribe un libro contando
todo lo relacionado con la “gesta del descubrimiento” y en un párrafo
refiriéndose a Colón, lo nombra como Don Pedro Colón, al igual que el
historiador portugués Gaspar Fructuoso, también contemporáneo a Colón, lo
llamaba Pedro Colón, la propia Academia de la Historia, llega a la conclusión
de que su nombre de pila completo era Cristóbal Pedro, como se refleja en
la abreviatura del documento de 1496: XPº de Colón.
Todos sabemos que el
primer viaje partió del puerto andaluz de Palos de la Frontera, la intención de
la flota que volvió a España para contar los descubrimientos americanos de su
Almirante, Cristóbal Colón, era la de atracar en el mismo punto. Pero una
tormenta a la altura de Las Azores dividió al grupo de embarcaciones provocando
que el piloto de la carabela Pinta, Cristóbal García Sarmiento, pusiera rumbo al norte, hacia Galicia. Allí
encontró abrigo en el puerto de Baiona. Hay quien dice que Sarmiento barrió
para casa, porque era vecino de la zona y conocía bien sus aguas.
La Carabela Pinta entró al puerto de Baiona el 1 de
marzo de 1493, tres días antes de que, la Niña, lo hiciera en Lisboa, con Colón
a bordo. La Nao Santa María había naufragado
en una tormenta el 25 de diciembre de 1492. Resulta absolutamente insólito que
viniendo juntas las naves, cuando se separan a la altura de las Azores,
prácticamente en línea recta hacia Lisboa, la embarcación que realiza una
travesía algo más extensa (unos cien kilómetros) llegue tres días antes a puerto. Esto no obstante
tiene una explicación muy sencilla, la Pinta esquivó la tormenta, cosa que no
hizo La Niña, con el Almirante a bordo, como sería lo
lógico, sino que se dirigieron hacia Lisboa, a través de la tormenta. Todo ello
con el fin de no atracar en Baiona.
Ésta villa
pertenecía a las antiguas posesiones de Pedro Madruga (alias de Cristóbal
Colón), donde éste podría ser fácilmente reconocido por sus antiguos vasallos,
y dado que estaba oficialmente muerto -tras su acuerdo con los reyes
católicos-, Colón no podía romper ese pacto, o podía perder todo lo acordado en
Santa Fe. Eso era precisamente, lo que le obligaba a navegar hacia Lisboa, en
plena tormenta, donde atracó con el barco en pésimas condiciones.
De
este primer viaje, Colón llevó aborígenes como testimonio de primera mano de su
descubrimiento, y tenía interés por convertirlos en traductores de sus futuros
viajes, y también los exhibía -junto a animales exóticos, oro y productos de
aquellas lejanas tierras- a los reyes y nobles que acudían en tropel a recibirlo,
tanto en Portugal como en España. Esos primeros seres -de los que poco se sabe-
fueron cristianizados en Barcelona, y brindados allí a los reyes católicos. Sin
embargo, a la vuelta de su segundo viaje, en Junio de 1496, Colón llevaría
consigo a dos nativos más, para convertirlos en traductores, y los bautizó en
el monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Esta segunda ceremonia de bautismo nos
aporta otra prueba más de la identidad del noble gallego, pues en esa forzada
incorporación al catolicismo les impuso los
nombres de ¡Cristóbal y
Pedro! casualmente, los
mismos nombres de Pedro Madruga y su alter ego, Cristóbal Colón.
Colón escribió a los reyes una carta donde decía que
dejó tierras, mujer e hijos al desplazarse a Castilla, pero, si lo acompañaba
su hijo Diego y su otro hijo Hernando todavía no naciera, además ya no tenía mujer (era viudo), se tenía que
referir a la familia que dejara en Galicia. Colón en una carta que le escribió a su hijo Diego
desde Sevilla el 1 de diciembre de 1504, le hace referencia al cuidado de otros
diez hermanos “… Diez hermanos no te serían demasiados, nunca yo falle
mayor amigo a diestro y siniestro que mis hermanos…”. Pedro Álvarez
de Sotomayor tuvo con Teresa de Távora, 9 hijos que sumados al que tuvo Colón
con su amante Beatriz Enríquez, serian
los 10 hermanos de Diego. Cristóbal
Colón veló por los hijos de Pedro A. de Sotomayor a excepción de Álvaro de
Sotomayor, al que su padre había desheredado.
En la corte de Carlos V existe un texto que menciona a
Diego Sotomayor el hijo de Pedro A. de Sotomayor, como hijo de Colón.
En el segundo viaje, bajo las órdenes de Ponce de León
viajó Cristóbal de Sotomayor hijo de Pedro Madruga, quien fue el primer
colonizador de Puerto Rico, él fundó dos villas, una Távora, el apellido de su
madre, condesa de Caminha y la otra Sotomayor, en la que aún hoy le llaman
Cristóbal Colón de Sotomayor por su parecido con el Almirante.
La criptica firma de Colón es interpretada por Alfonso
Philippot como el árbol genealógico de Pedro A. de Sotomayor.
Colón afirmó que conocía los secretos más celosamente guardados de Portugal, Pedro A. de Sotomayor, era del pequeño grupo de personas que conocía esos secretos.
Colón afirmó que conocía los secretos más celosamente guardados de Portugal, Pedro A. de Sotomayor, era del pequeño grupo de personas que conocía esos secretos.
La Casa donde hoy está el Museo de Colón en
Poio, la tradición decía que era la casa natal de Cristóbal Colón, tradición
oral recogida a principios de siglo pasado entre personas de más de 80 años que
atestiguaban haberlo oído a sus padres y abuelos, y estos a los suyos
respectivamente.
Con motivo de una relamación judicial que se intenta sobre la propiedad de la finca denominada “La Puntada”, del lugar de Portosanto en Poio (Pontevedra), inmediata a la casa situada en el mismo punto, en la que se conjetura que nació Colón, aparecieron dos interesantísimos documentos, uno de los cuales expresa que en 1796 el Señor Duque de Veragua (descendiente de Colón. El Ducado de Veragua, erigido en 1537 en territorios hoy pertenecientes a Panamá, cuyo primer titular fue Luis Colón y Toledo, quien en 1556 devolvió a la Corona de Castilla el señorío territorial, aunque conservó el título de Duque.), vendió a F. Troitiño, de la parroquia de Pereira, jurisdición de Montes (Forcarey), la mencionada finca de La Puntada con su casa y renta que en ella se cobraba, declarando el vendedor, o sea el Duque, que tal finca le pertenece por herencia de sus padres.
Con motivo de una relamación judicial que se intenta sobre la propiedad de la finca denominada “La Puntada”, del lugar de Portosanto en Poio (Pontevedra), inmediata a la casa situada en el mismo punto, en la que se conjetura que nació Colón, aparecieron dos interesantísimos documentos, uno de los cuales expresa que en 1796 el Señor Duque de Veragua (descendiente de Colón. El Ducado de Veragua, erigido en 1537 en territorios hoy pertenecientes a Panamá, cuyo primer titular fue Luis Colón y Toledo, quien en 1556 devolvió a la Corona de Castilla el señorío territorial, aunque conservó el título de Duque.), vendió a F. Troitiño, de la parroquia de Pereira, jurisdición de Montes (Forcarey), la mencionada finca de La Puntada con su casa y renta que en ella se cobraba, declarando el vendedor, o sea el Duque, que tal finca le pertenece por herencia de sus padres.
El otro documento, del año 1811, consigna un
arrendamiento de la citada propiedad efectuado por un descendiente de Troitiño
a favor del que fue procurador en Pontevedra D. Miguel de Vigo, y en el cual
hace constar el arrendador que la finca arrendada es procedente del señor
Duque de Veragua.
El primer lugar donde fue enterrado Colón pertenece a
la familia “de la Cerda” familiares de los Sotomayor, es el mismo lugar donde
enterraron a Fernán Yáñez de Sotomayor, padre de Pedro A. de Sotomayor. La
segunda sepultura de Colón se hizo en Sevilla en el monasterio de la
Cartuja junto a unos primos de Pedro A. de Sotomayor. Dice José Mosqueira Manso, Capitán de la Marina Mercante y Oficial
de la Reserva Naval Española, en su libro “La Cuna Gallega de Cristóbal Colón”:
“Encontrándome cierto día del año 1953 con el doctor Albert Harkness Jr. En su
despacho de Agregado Cultural en la Embajada norteamericana, en Caracas, recayó
la conversación sobre varios artículos míos referidos al Almirante, publicados
en distintos órganos de prensa de Caracas. Le extrañaba sobremanera esa
similitud de nombres entre Galicia y las costas descubiertas por el inmortal
navegante.”
“Al preguntarme si estaba seguro de esa
homonimia gallega y contestarle afirmativamente, dice: -Si en efecto ello
resulta ser así, entonces varía el panorama acerca de la verdadera cuna de
Colón.”
Tomando esta reflexión del diplomático la enlazó con una resolución conjunta de ambas
cámaras del parlamento de los EE.UU. que dice lo siguiente:
Iniciado y mantenido en la ciudad de Washington el viernes, tercer día de enero,
de mil novecientos noventa y dos
Resolución Conjunta
En apoyo a la plantación de 500 árboles de la especie secoya de California en
España, en conmemoración del quinto centenario del viaje de Cristóbal Colón y la
designación de los árboles como un regalo para los españoles.
Considerando que el viaje de Cristóbal Colón a través del Atlántico en 1492
estableció comunicaciones permanentes entre los hemisferios oriental y occidental
y puso en marcha la mayor migración de los seres humanos en la historia del
mundo;
Considerando que dicha travesía estimuló la primera circunnavegación del mundo y
otras exploraciones que dieron a la humanidad su primera auténtica comprensión
de la geografía de la Tierra;
Considerando que dicha travesía inauguró un nuevo mundo que dio lugar a la
formación de los Estados Unidos;
y
Considerando que el quinto centenario de dicha travesía es un momento adecuado
para su conmemoración mediante la plantación de un bosque de secoyas de
California en la costa noroeste de España que mira al Océano Atlántico, para que
durante los próximos 5 siglos, como los árboles crecerán desde plantines hasta su
noble esplendor en el suelo del hemisferio oriental, den a cada persona que los visita una
experiencia del impresionante potencial y la maravillosa belleza de la Creación y representen la
esperanza de un futuro de creciente amistad entre los pueblos de oriente y occidente: Ahora, por lo
tanto,
Se resuelve por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos
de América reunidos en Congreso, que-
(1) el Congreso apoya la plantación de 500 árboles de secoya de
California, en la costa del noroeste de España que está siendo organizado por
personas en los Estados Unidos, en cooperación con las agencias del Gobierno
de España en conmemoración del quinto centenario del viaje de Cristóbal Colón al Nuevo
Mundo; y
(2) este tipo de árboles, que serán plantados en diciembre de 1992 en las
tierras reservadas a tal efecto por la autoridad de la Xunta de Galicia y la
Comunidad de Montes de San Xoán en la provincia de Pontevedra y
supervisados por el servicio forestal de dicha provincia , se designan como un
regalo para el pueblo de España hecho en nombre del pueblo de los Estados
Unidos.
Firmaron: El presidente del Cuerpo de Representantes y el Vicepresidente de
los EE.UU y a la vez presidente del Senado.
(Traducción realizada por Amneris Suárez)
Secoyas del Bosque de Colón, en el Monte de la Escusa, en Poio-Pontevedra.