domingo, 6 de octubre de 2019

REINA DE LA HISPANIDAD

Como cada año la Federación de Sociedades Españolas de Argentina realizó su gala anual y la correspondiente elección de la Reina. Ante el anuncio de la misma, inmediatamente surgieron voces rechazando tal elección con expresiones como "necesitamos que nuestra colectividad camine hacia el fin de los estereotipos que denigran a la mujer".
Respeto la opinión de quienes se oponen pero, también respeto el derecho de las mujeres que aceptan participar en estas competencias, las que, supongo, no coinciden con la apreciación de que es algo denigrante para ellas.
Lo que desapruebo totalmente es el sofisma empleado por la Federación para minimizar la cuestión, consistente en el texto impreso en el programa de la gala, donde dicen: "Ya no elegimos a nuestra reina por su belleza, porque sabemos que todas nuestras jóvenes tienen el alma bella, y eso es lo que importa. Las hemos convocado para elegir de entre todas, a la más comprometida con la hispanidad".
Lo de las almas bellas, aunque anteriormente no se elegían almas sino cuerpos, no se como se determinó, pero lo tomo como un cumplido. Ahora, si para elegir a la más comprometida con la colectividad son necesarias dos pasadas de las participantes, desfilando cual modelos en una pasarela con dos vestimentas distintas ante el jurado, aquí si disiento seriamente. Y mi disenso se transforma en crítica al cinismo que implica el enunciado publicado, cuando luego de percibir que hubo dos participantes que se destacaron notablemente en el compromiso, la representante del Centro Montañés Casa de Cantabria y la del Centro Galicia de Buenos Aires, la primera con una sobervia alocución sobre su entidad, entorno familiar y orígenes y la segunda haciéndo la primera parte de la suya en gallego, el idioma de sus mayores. Desconozco si hubo algún examen previo en el que los jurados pudieron captar algo que el público no pudo ver en la sala, en ese caso sigo sin  justificar las pasadas exhibicionistas.
 Sorpresa total fue para mí que, se eligiese reina de la simpatía, dos princesas y una reina de la colectividad entre 10 participantes y que, las dos que más compromiso demostraron con el objetivo, integrasen finalmente el lote de las 6 que marcharon con la belleza de su alma pero sin que se les reconociese compromiso con la hispanidad. 


 

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