Pilar Cancela Ana Pastor Ana Belén Vázquez
Entre viernes y sábado, estuvieron en Buenos Aires tres políticas que integraron el último parlamento español y aspiran a ingresar al próximo, siendo todas cabezas de listas. Pilar Cancela, encabezará a los socialistas gallegos de A Coruña; Ana Pastor y Ana Vázquez, a los populares de Pontevedra y Ourense respectivamente.
Llamativas y desconcertantes visitas, aunque haya que reconocerles un coraje a toda prueba. Es muy difícil enfrentar a españoles en la diáspora, y ellas lo hicieron, representando a las dos fuerzas políticas que articularon la reforma de la LOREG que menguó nuestros derechos como votantes, y se atrevan a pedir justamente el voto para esas formaciones sin temor a recibir el latiguillo gallego de "falabarato".
Sería realmente interesante interiorizarse de los informes que, sin duda, brindarán en sus respectivos partidos acerca de tales excursiones.
¿Dirán que los encuentros públicos tuvieron un marco bastante reducido en las respectivas sedes partidarias? ¿Alguien les preguntará si visitaron el colegio Santiago Apóstol? testimonio de agradecimiento a este país y esperanzador futuro para la galleguidad en el mismo.
Tratamiento diferencial merece, para mí, el ninguneo al Centro Gallego de Buenos Aires. Socialistas y populares gallegos, adhirieron en su momento a un petitorio en Change. org que rezaba "Hay que salvar al Centro Gallego", los socialistas han formulado más de un reclamo en el Parlamento Gallego por la situación de nuestra institución. Los populares, desde el gobierno, siempre han respondido que siguen de cerca todo el acontecer del Centro, haciéndolo además con mucha preocupación. El tema de nuestro rico patrimonio cultural ha sido meneado, no solo en Galicia sino también en Madrid. Mi percepción de tales manifestaciones, -siempre sostuve que son "pour la galerie"- no cambiará luego de estas visitas, pero aprovecho la ocasión para exhibir ante quienes noblemente pensaban distino, cuan equivocados estuvieron.
Manifestar pública y reiteradamente, que preocupa la situación del Centro Gallego, -que por cierto, cada día es más preocupante para quienes la conocemos pormenorizadamente- que van a velar por la conservación del patrimonio cultural del mismo, trasladarse a Buenos Aires y no poner siquiera un pie dentro de la institución ni intentar comunicarse con quienes representan a la masa societaria, no es sólo todo lo contrario a lo que se pregona, sino también, dolorosamente, una muestra de desidia y flagrante desconsideración hacia el colectivo gallego y su invalorable aportación a Galicia y a la Argentina.
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