Mi voto, no fue para ninguno de los dos candidatos que aparentemente irán al balotaje el próximo 31 de julio, y digo aparentemente, porque sería una gran prueba de inteligencia y sentido común, desistir de esa contienda con resultado absolutamente previsible, evitándonos un gasto económico innecesario y demostrando, aunque sea una vez, que valoran nuestro tiempo.
No los voté, por la sencilla razón de no entusiasmarme las propuestas de Macri ni de Filmus.
No se, si para el Doctor Aníbal Fernández, Jefe del gabinete nacional de ministros, esto me hace pertenecer al pueblo que se parece al gobierno que elige. Sin que ello sea bueno ni malo no creo parecerme en nada al ingeniero Macri. Tampoco se, si para el cantautor Fito Paez , soy parte del cincuenta por ciento que da/damos asco.
De lo que estoy absolutamente seguro es de hallarme orgullosa y radicalmente en las antípodas de ambos apostrofadores. Porque no quiero ser, totalitario, ni fascista, ni discriminador, ni borrego de rebaño; ni creerme con potestades para discernir entre buenos y malos, entre capaces e incapaces, entre sabios y lelos, y porque definitivamente, me gusta vivir en democracia, respetar al que piensa distinto, ejercer mis derechos con total libertad y no depender nunca de iluminados intolerantes, que pretendan conducir mi paso por la vida.
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