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domingo, 2 de enero de 2005

TRAGEDIA EN EL LOCAL BAILABLE, REPÚBLICA CROMAGNON

Hace 46 años y medio que vivo en Buenos Aires, desde los 18 años trabajé siempre, primero como empleado, posteriormente como autónomo. Hace 30 años que conduzco mis propios automóviles, sin haber lesionado jamás a una persona con los mismos. He mandado y mando a mis hijas a recibir la necesaria instrucción, para formarlas, no sólo como personas de bien, sino también como ciudadanas útiles a su país. Mi prontuario policial está absolutamente en blanco. 
Con todo esto, bien puedo decir que, no soy el mejor ciudadano de Buenos Aires, pero soy un buen ciudadano. No obstante, nadie jamás me pagó por ello, y está bien, la función del ciudadano no es remunerada, al contrario, el ciudadano debe pagar tasas e impuestos, con cuya recaudación, se pagará a: quienes eduquen a sus hijos; quienes cuiden la salud de la población; quienes armados y educados le otorguen seguridad; quienes legislen para una mejor convivencia; quienes hagan cumplir la legislación. 
Pero yo, que me considero un buen ciudadano, pude haber sido el jueves uno más de los tantos padres buenos ciudadanos, que perdieron a sus hijos en la terrible tragedia del local bailable, República Cromagnon.
Como no lo fui, tengo tiempo y ánimo para informarme a través de la prensa; y entonces me enteré que: la capacidad del local estaba absoluta y desproporcionadamente sobrepasada; que la salida de emergencia estaba inutilizable; que los recubrimientos del techo del salón eran altamente combustibles; que ciudadanos irresponsables, introdujeron y quemaron pirotecnia en el lugar; que pequeñas criaturas estaban en una pseudo guardería del establecimiento; que la Defensoría del Pueblo, había advertido hace siete meses a las autoridades de la Ciudad de Buenos Aires, acerca de la existencia de doscientos cincuenta y ocho locales bailables en la ciudad, de los que sólo treinta y seis, reunían las condiciones de seguridad necesarias en caso de producirse un incendio, (algo más del 12% bien contra casi un 88% mal) . Y veo y escucho al jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, señor Aníbal Ibarra, diciendo que los empresarios del salón hicieron las cosas mal, que los que introdujeron la pirotecnia fueron irresponsables, que su gobierno manda inspectores, pero, al retirarse éstos, los dueños de los locales alteran la condiciones de los mismos, bla, bla, bla. 
Los ciudadanos cuyos hijos van a bailar, sabemos perfectamente, que existen otros ciudadanos que en su afán de lucro son capaces de poner en riesgo la vida de sus semejantes, sabemos también que entre los humanos hay irresponsables, capaces de poner en riesgo su vida y la de los demás, sabemos finalmente los ciudadanos, todos los peligros que acechan a nuestros hijos. Pero, señor Jefe de Gobierno, cuando usted fue ungido para tal cargo por el voto de sus conciudadanos, lo fue, por que éstos creyeron que con el aporte económico, que cada uno de ellos hace diariamente, y con vuestra capacidad de gestión, la ciudad tendría normas y controles, que no permitirían jamás, que ninguno de nosotros tuviese que llorar por una tragedia como la vivida en las últimas horas. Pero esto no fue así, y el pueblo argentino, vivió el fin de año más triste de su historia, por culpa de la corrupción e incapacidad de su gobierno, Sr. Ibarra.