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lunes, 31 de octubre de 2016

CRISTÓBAL COLÓN, GALLEGO DE PONTEVEDRA-CONFERENCIA DADA POR O MUXO -texto completo-

Durante la conferencia pronunciada por Ramón Suárez, en la Sociedad de Salvaterra de Miño en Buenos Aires.

CRISTÓBAL COLÓN GALLEGO DE PONTEVEDRA
Colón es tras Jesucristo la figura más conocida de la Historia Universal. No obstante, su vida anterior al descubrimiento está rodeada de enigmas desde el mismo instante de su propio nacimiento. El propio Almirante quiso que fuese así, tal como confesara su hijo Fernando. Ni siquiera su fisonomía es conocida con precisión, puesto que jamás posó para un retrato. La intención de esta conferencia es aportar datos que nos acerquen a un mayor conocimiento del personaje.
Comienzo esta exposición con algo que dijo en una conferencia, uno de los más importantes investigadores del origen de Colón, el gran periodista, jurista e historiador asturiano, Rafael Calzada, que luego publicó en su libro, “La Patria de Colón”. Dice así: “empezaré diciéndoos, con toda ingenuidad, que me he pasado la vida, lo mismo que todos y cada uno de vosotros, sabiendo y afirmando esto: Colón, el insigne descubridor de América, fue un marino genovés, al servicio de España, en tiempo de los Reyes Católicos. ¿Sabía yo y afirmaba un hecho verdadero? Colón mismo, al fundar su mayorazgo, en el documento que otorgó en Sevilla, el año 1498, protocolizado ante el escribano don Martín Rodríguez y confirmado por su codicilo de 19 de mayo de 1506 dijo, refiriéndose a Génova: …”porque de ella salí y en ella nací”. ¿A qué, entonces, dudar de ello? Quedó el hecho como un dogma histórico, como algo indiscutible. Debo confesar que al encontrarme, allá por el año 1900, viajando por los países del Oriente, en una revista madrileña, con un artículo intitulado: Cristóbal Colón, ¿de Pontevedra?, no pude por menos de sonreir.”
 Aquí debo aclarar que a la muerte del cuarto Almirante Diego Colón en 1578, se extinguió la línea directa de varón y motivó un pleito por la sucesión que no terminaría hasta el año 1608 (treinta años), en el juicio se presentaron dos testamentos uno de 1506 en el que se hacía referencia a otros de 1502 y 1505 que nunca aparecieron. En el de 1506 constituye Cristóbal Colón mayorazgo a favor de su hijo Diego:
Se presenta otro testamento en el juicio, donde aparecen las famosas frases:
“siendo yo nacido en Génova … della salí y en ella nací…”.
 En este testamento de 1498, se advierten bastantes irregularidades:
·          La firma que aparece no se corresponde con la grafía del Almirante y cometen varios errores al colocar los puntos que Cristóbal Colón situaba a cada lado de las eses.
·          Se da como vivo al Infante D. Juan cuando había fallecido el 7 de octubre de 1497. Cuando se presentó este documento ya habían pasado 80 años desde los hechos.
·         No fue elevado a escritura pública.
·         Aparecen varios renglones tachados y con distintas fechas.
·         Los giros gallegos que Cristóbal Colón tanto usaba en su habla y escritura, aparecen correctamente en el de 1506 y reemplazados en el de 1498
·         La institución no era de su letra, al documento le faltaba una hoja, la más importante, y el tribunal consigna que: “no está auténtica ni solemne”
·         Aparece firmado por los Reyes Católicos y su secretario de Estado, don Fernando Álvarez, que había muerto en 1501 y que desde cuatro años antes no firmaba.
El testamento de 1506, otorgado en Valladolid, fue el único que se tuvo en cuenta como indiscutible para regular la sucesión de la herencia, títulos y privilegios, en él no dice que nació en Génova ni en parte alguna, ni hace mención a ningún pueblo de Italia ni del genovesado.

Cuando en 1992 leí en la tapa de Mundo Gallego (el periódico del Centro Galicia que años después tuve el honor de dirigir) que existía una teoría que sostenía el origen gallego de Cristóbal Colón. Reaccioné exactamente igual que don Rafael, sonreí. Unos días después se lo comenté, como algo jocoso, a don Manuel Martínez Lamela, por entonces presidente del Instituto Argentino de Cultura Gallega, expresidente del Centro Lucense, a quien siempre respeté y admiré por sus grandes conocimientos, recibiendo como respuesta un contundente: “¿cómo, usted no sabe que sí era gallego? Le recomiendo que compre en el Centro Gallego el libro La Cuna Gallega de Cristóbal Colón, y luego hablemos.”
Compré el libro (aquí está), lo leí y comencé mi propia búsqueda de información y mi modesto aporte para la difusión de lo que considero una verdad, de la que todos los gallegos debiéramos estar informados y lógicamente orgullosos.
En este sentido, habiéndose agotado en el Centro Gallego, el libro de referencia, solicité hace algunos años, a quien entonces era el presidente de la Diputación de Pontevedra, don Rafael Louzán Abal, que tal organismo reeditara el libro y acompañase su lanzamiento con una importante campaña de difusión. La respuesta del señor Louzán, típicamente gallega retranqueira, : ¿y tu crees que Colón era gallego?
Desde luego que un Presidente de Diputación, no dispone de los mismos tiempos para la lectura, que Rafael Calzada, en su momento, o yo mismo, pero sí de colaboradores que pueden realizar esa tarea y que, sin duda, no lo hicieron, privando a don Rafael de compartir mis pensamientos al respecto, lo cual sin duda no tendría la menor importancia, de no ser porque yo, me sumé a los siguientes defensores de la teoría: Celso García de la Riega, (principal impulsor); Manuel Quiroga; Wenceslao Fernández Florez; Ramón del Valle Inclán; Emilia Pardo Bazán; Eduardo Pondal; Daniel Alfonso Rodríguez Castelao, Alfonso Philippot; Gerardo Fernández Albor, primer presidente de la Xunta de Galicia; entre muchos más.
Yo, por supuesto, estoy convencidísimo que don Cristóbal nació en Pontevedra, a lo largo de esta charla aportaré pruebas que considero contundentes, pruebas que no hallo para avalar la condición de genovés del gran Almirante.
Dice Calzada en su libro La Patria de Colón: [Lo cierto es que todo convence de que aquel hombre (refiriéndose a Colón) faltaba a la verdad al llamarse extranjero. Sus hechos demuestran que no conocía el italiano. En su correspondencia con el famoso cosmógrafo Toscanelli, al consultarle sus proyectos, ni se llama nunca compatriota de éste, siquiera para hacérsele más grato, ni emplea jamás el italiano, tanto que Toscanelli le tenía por súbdito del rey de Portugal, y así lo dice en una carta, con estas palabras: “Por lo cual y otras muchas cosas que podrían decirse, no me admiro que tengáis tan gran corazón, como toda la nación portuguesa, en que siempre ha habido hombres señalados en todas empresas”. Como se ve, le consideraba portugués y enaltecía a Portugal procurando halagar, probablemente, de ese modo, su amor patrio.
Como es de suponer, Colón no podía decir a Toscanelli que fuese italiano, puesto que el embuste quedaría en descubierto por el hecho de no conocer el idioma. El mismo Lorenzo Ghiraldi, que lo puso en relación con Toscanelli, jamás insinuó a éste que Colón fuese su compatriota, como con toda seguridad lo habría hecho, si lo tuviese por tal.]
Sigue diciendo Calzada [A todo esto, puede agregarse que Colón dirigió un mensaje a la Señoría de Génova y, ese mensaje lo escribió en castellano –así se conserva en el Museo Municipal de Génova- cuando lo natural, dirigiéndose a la más alta autoridad de “su patria”, habría sido que lo hiciese en italiano, y, muy particularmente, en genovés].
Sigue diciendo Calzada. [Es preciso no olvidar que Fernando, algunos años después de la muerte de su padre, estuvo en Génova y recorrió la Liguria en busca de personas de su familia, y no encontró ninguna. Diciendo al respecto “Pasando yo por Cugureo, procuré informarme de dos hermanos Colombos, que eran los más ricos de aquel castillo, y se decía eran algo parientes suyos (del Almirante); pero porque el más mozo pasaba ya de cien años, no supieron darme noticia de esto, ni creo que por esta ocasión nos quede menos gloria del proceder de su sangre”. Esto sólo bastaría para convencer de que el Descubridor no era oriundo de aquella tierra; porque si lo fuese, aparecería como cosa de todo punto imposible, dada su gloria, ya entonces esparcida por todas partes, que ni Fernando encontrase en su paciente exploración ningún deudo suyo, ni nadie saliese a decirle que fuese de la familia del virrey y Almirante en Indias, Cristóbal Colón.]
Colón se presentó como tal a los reyes de Portugal y no como Colombo, esto queda demostrado cuando Don Juan II se dirigió a él el 20 de marzo de 1488, desde Avis, llamándole Cristóbal Colón, de igual forma se presentó a los Reyes Católicos el 20 de enero de 1486, resulta obvio que en ambas ocasiones, pero principalmente en Portugal debiera presentarse con el nombre genovés de Cristóforo Colombo.
Convencido ya de que Colón no era Colombo, trataré de demostrar que era español.
El Almirante escribe en su Diario de Navegación, dirigiéndose a los Reyes “En el Katay domina un príncipe llamado el Gran Kan, que en nuestro romance, significa rey de reyes”.  Una persona no nacida en España, en tal situación diría: en vuestro romance o, en vuestro idioma. Decir “nuestro romance” es asumirse español, aunque mucha gente no lo quiera aceptar.
Entre quienes sostenemos que era español, hay quienes dicen, de Cataluña, de las Islas Baleares, de Castilla, etc. Y por supuesto la mayoría que creemos en su nacimiento en Poio en la hoy provincia de Pontevedra.
Nuestros fundamentos: Por documentación hallada por los investigadores, se aceptan sin dudar tres miembros de la familia Colón de Poio: Juan de Colón; Constanza de Colón y A. de Colón, cuyo nombre podría ser Alfonso, Alonso o Antonio.
Sobre Juan, existen varios documentos, así como una inscripción en una capilla de la basílica de Santa María en Pontevedra y otra en la base del cruceiro ante la Casa Museo de Colón en Poio.
Igualmente, está documentada la presencia permanente en Pontevedra de numerosos descendientes del Almirante, así como varias visitas de un nieto de Colón, también llamado Cristóbal, a diferentes cofradías de marineros en Pontevedra, durante la época en que estaba en discusión la herencia del Descubridor.
Distintos estudios efectuados sobre escritos de Colón, como el realizado por Martinho Montero Santalba, filólogo y presidente de la  Academia da Lingua Portuguesa, demuestran que el Almirante utilizaba como forma de expresión habitual, un lenguaje dotado de numerosos giros gallego-portugueses, muchos de ellos propios y exclusivos de nuestro idioma.
La nave conocida como Santa María, se llamaba en realidad “La Gallega”, nombre que Colón utilizó en naves que participaron en tres de los cuatro viajes realizados, siendo el único nombre que se reiteró en tres ocasiones.
El 18 de diciembre de 1492, el Almirante mandó engalanar la Santa María para celebrar la festividad de la Virgen de la O, patrona de Pontevedra. Fue el único día declarado festivo durante todo el viaje.
España es desde siempre un importante productor de vinos, es el país con más viñedos en el mundo, con producción de tal bebida en sus 17 autonomías, no deja de ser sugestivo por tanto, que el navegante hiciese acopio de vino del Ribeiro para realizar sus viajes.  En documentos descubiertos recientemente en el archivo nacional de Simancas, que narran el juicio que el comendador Bobadilla hizo a Cristóbal Colón por sus presuntos desmanes en La Española, se demuestra que la primera expedición al nuevo continente llevaba vino del Ribeiro.
Los escritos datan del año 1.500 y en ellos hay un párrafo que se refiere a que un cura, supuestamente gallego, le pide a Colón más ración «del buen vino de Ribadavia», porque estaba enfermo, a lo que Colón se negó, convirtiéndose en una prueba de cargo contra el almirante.

A la primera isla descubierta le puso el nombre de San Salvador. Sin duda una confusión del Almirante, con El Salvador. El primero es el nombre de un santo, el segundo Cristo. En España hay más de doscientos pueblos que llevan el nombre de San Salvador. Pues salvo uno o dos, en Cataluña, debido a que de allí era San Salvador de Horta, posterior a Colón, único San Salvador del santuario, uno muy posterior en Vizcaya, y una pequeña aldea en Palencia, todos los demás pertenecen a Galicia, excepto una pequeña cantidad en Asturias, seguramente por la influencia fronteriza de Galicia. No significa esto que el nombre San Salvador sea exclusivamente gallego, aunque resulta bastante extraño que un supuesto genovés eligiera una figura religiosa tan gallega, cuando lo natural hubiera sido llamarle El Salvador, dado el significado que le atribuía, curiosamente San Salvador de Poio es la parroquia en la que aceptamos nació don Cristóbal, en el lugar de Portosanto.
Analiza magníficamente Rafael Calzada en su libro: “mientras el Descubridor no se acordó para nada de Italia, ni de Génova, ni de Portugal, ni siquiera de Palos, o la Rábida, o Santa Fe, para él tan memorables, ¿cabe en lo posible, en lo humano, que en la obra del Descubrimiento, realizada, no ya por un genovés, sino hasta por un español ajeno a la región gallega, se reúnan, por mera casualidad, los nombres de San Salvador (2 veces), Santiago (3 veces), La Gallega (cuatro veces), Porto Santo, San Juan Bautista, San Miguel, Santa Catalina, San Nicolás (2 veces), que son los nombres de las cuatro cofradías de Pontevedra, La Galea y Punta Lanzada, todos gallegos, y todos menos dos, pertenecientes a Pontevedra o sus hermandades?
 En la isla de Cuba, él creía que era parte del continente, bautizó Cayo Moa, Río Moa y Monte Moa; en Pontevedra, en la costa sur de la ría, están sus homónimos Cova da Moa, Punta da Moa y Cabezos de Moa, nombres de los cuales no hay registro de que existan en otro lugar del planeta. En Haití nombró Isla de las Ratas, a una próxima a la entrada de la ensenada de Santo Tomé; en Galicia, la Isla das Ratas, está en la costa norte de la ría de Arosa. En República Dominicana, designa Bao a un río; en Galicia, Punta Bao, playa Bao y Rio Bao, los tres próximos entre sí, se encuentran frente a la isla Toralla, en la costa sur de la ría de Vigo. Son más de 200 los nombres gallegos usados por el Almirante en sus descubrimientos, por supuesto estando en la Sociedad de Salvaterra de Miño, debo decir que a un río lo bautizó Miño. A todo espíritu que no se halle dominado por una invencible prevención, la contestación que se impone es necesariamente:¡ no es posible tanta casualidad ¡ En relación a los nombres queda todavía algo por añadir.
“Pontevedra – dice el ilustre Otero Pedrayo en su Guía de Galicia-, tuvo rica judería, cuyo barrio aún se conserva.”
Cristóbal Colón perteneció a esa colonia judía de la Moureira, pero demostró siempre ser judío cristiano o converso convencido.
No obstante, la herencia atávica no se había apagado en él como lo demostró con su exaltación de los profetas y guerreros del antiguo pueblo de Israel, bautizando con sus nombres lugares del Nuevo Mundo, a saber:
   Abraham–Una ensenada de la Isla Isabela, en Las Lucayas.
   Isaac-Una punta de la Isla Santa María la Antigua.
   Salomón-Un cabo de la Isla Guadalupe.
   David-Una caleta de la Isla Jamaica(nombre impuesto por los ingleses cuando invadieron la isla que Colón bautizara con el nombre de Isla de Santiago).
   San David-Una ensenada de la Isla Dominica y una ensenada de la Isla Granada. (Isla que Colón bautizara como Concepción).
   Sinaí-Un monte de la Isla Granada.
 Reafirmando esto, añado que, el Almirante en carta a doña Juana de Torres, Aya del Príncipe don Juán, escribió lo siguiente: “No soy el primer Almirante de mi familia; pónganme el nombre que quieran, que al fin David, Rey muy sabio, guardó ovejas y después fue hecho Rey de Jerusalén; yo soy siervo del mismo Señor que puso a David en este estado.”
Pónganme el nombre que quieran dijo don Cristóbal,  ahondando en el enigma de su identidad. Interpreto yo, Cristóbal Colón, Cristóforo Colombo o Pedro Madruga, sí, Pedro Álvarez de Sotomayor mejor conocido como Pedro Madruga (porque sus ataques militares se producían siempre a hora muy temprana), era, según creemos, Cristóbal Colón, noble en Galicia y Portugal, Conde de Camiña (Portugal),  Señor de Sotomayor, Mariscal de Bayona y Vizconde de Tuy (Pontevedra, Galicia).
Antes de comentar la documentación que nos permite inferir que Pedro Madruga y Cristóbal Colón eran la misma persona, haré una digresión acerca de la situación histórica en aquella España.
En 1474 murió el  Rey Enrique IV, comenzando  la guerra de sucesión entre su hermana Isabel de Castilla (Isabel la Católica)  y su sobrina Juana de Castilla,  la legítima heredera, conocida como Juana la Beltraneja, que estaba prometida en matrimonio con el monarca Portugués Alfonso V.  La nobleza gallega se divide, algunos apoyan a Isabel de Castilla y otros a Juana la Beltraneja, siendo el reino de Galicia el principal opositor de los Reyes Católicos.                                                                                            Isabel la Católica. Al margen de la historia oficial, usurpó un trono que no le correspondía. Era la cuarta en la línea sucesoria: Su sobrina Juana, fue declarada bastarda, sus hermanos, Enrique y Alfonso, murieron “casualmente” envenenados, e Isabel se alzó con el trono. Creó un estado férreamente centralista, con una policía política, la Sta. Hermandad, y una policía del pensamiento: La Sta. Inquisición. Asesinó, legalmente por supuesto, a más de 10.000 (diez mil) judaizantes, herejes (?) y disidentes, y más de 200.000 conocieron sus métodos represivos en todo su reino. Considerando la población total del país en la época, estas cifras son escalofriantes”                                                                                                                                                                                        Los Reyes castellanos enviaron ejércitos a Galicia para someter a los nobles opositores, entre éstos fueron los principales el mariscal Pardo de Cela (decapitado en Mondoñedo) en el norte de Galicia y  Pedro Álvarez de Sotomayor (Pedro Madruga) en el sur. En 1479 se firmó la paz entre Castilla y Portugal (quien prestaba apoyo a los nobles gallegos) al tiempo que los Reyes Católicos se consolidaban  como monarcas de Castilla y Aragón.
Se firmaron tratados otorgando el perdón general a todos los nobles que pelearon en contra de los Reyes Católicos,  se pidió el otorgamiento de perdón muy especialmente a Pedro Álvarez de Sotomayor, Conde de Camiña, pero éste siguió  desobedeciendo a los monarcas castellanos.
Los Reyes Católicos para dirigir y domar al pueblo gallego, nombraron a Fernando de Acuña como virrey en Galicia, su aliado Alonso de Fonseca Ulloa, arzobispo  de Santiago, rompió toda relación con Pedro A. de Sotomayor (Pedro Madruga) en 1480 reclamándole la devolución de las feligresías que tenía su feudo, D. Pedro  tuvo que refugiarse en Portugal, después de ver la suerte que corrió el mariscal Pardo de Cela.
La pacificación de Galicia por los Reyes Católicos consistió en prohibir las bodas y bautizos que se acostumbraba celebrarlas durante varios días, prohibieron todas las reuniones de más de 6 personas, so pena de muerte, se prohibió hablar en gallego, cerraron el comercio marítimo y mandaron arrancar las viñas y olivares, cuya producción se exportaba a países nórdicos, entre otros muchos atropellos. A los nobles que tenían arraigo y poder en Galicia los trasladaron a otras regiones de Castilla para que no se opusieran a sus sabias medidas, lo mismo se hizo con los eclesiásticos y maestros para evitar que reagruparan a la población, se les envió lejos de Galicia. 
                                                                                                                        Se han realizado serias investigaciones sobre la escritura de Colón, el 14 de octubre del 2009  se dio a conocer un descubrimiento asombroso, gracias al adelanto tecnológico,  la perito calígrafo y grafo psicológico  Teresa Torres Legarreta, realizó un estudio comparativo de la escritura de Cristóbal Colón y Pedro Álvarez de Sotomayor (Pedro Madruga).                                                         La perito calígrafo mostró con gráficos y superposiciones de escrituras como las formas de las letras son muy similares en ambos personajes.                                 Las investigaciones de la perito fueron comunicadas a la Universidad de Barcelona para la revisión del estudio y 80 expertos calígrafos coincidieron en que aparecen todas esas similitudes entre las letras y sus formas. Lo que no deja lugar a dudas, Pedro Álvarez de Sotomayor y Cristóbal Colón eran una  misma persona.
Es creencia bastante generalizada  que, Cristóbal Colón procedía de la nobleza, Los propios Reyes Católicos lo testimonian en dos salvoconductos adjuntos a las capitulaciones de San Fe, en los que se refieren a él como “noble varón” y “noble capitán”. Nadie que no perteneciese a la nobleza recibía ese tratamiento. Pedro Madruga era Conde de Caminha. Escribía con giros gallegos, conocía perfectamente las costas de Galicia principalmente las de Pontevedra, tenía tratos con la alta nobleza portuguesa.                   
Pedro Álvarez de Sotomayor (Cristóbal Colón), y su hermano João Gonçalves de Sotomayor (Bartolomé Colón), eran hijos bastardos de Fernán Yáñez (Eannes) de Sotomayor, fruto de sus relaciones con Constanza Gonçalvez de Colón, tenían dos medios hermanos uno por parte de su madre, de nombre Diego Colón, y otro por parte de su padre de nombre Alvar Páez de Sotomayor (heredero legitimo de la casa de Sotomayor).                                                       
Cristóbal Colón tenía conocimientos de latín y de las sagradas escrituras,  por haber sido  seminarista en Santo Domingo de Tuy, entre 1440 y 1446, por deseo de su padre Fernán Yáñez de Sotomayor, en 1446 cambia los libros por la espada y la navegación.   Su hermano Don Alvar Páez de Sotomayor, heredero de la casa de Sotomayor, sin tener descendencia y antes de morir, consiguió de Enrique IV, en 1468, la legitimación en orden de sucesión en los bienes y derechos de la casa Sotomayor a favor de su medio hermano Pedro Álvarez de Sotomayor, a la muerte de Alvar P. Sotomayor en las revueltas Irmandiñas, Pedro toma posesión de la casa Sotomayor, recuperando el patrimonio familiar perdido por la revuelta  y aumentando su señorío, convirtiéndose en uno de los señores feudales con más poder de la época.                                                     
Cristóbal Colón  aparece cuando desaparece Pedro Álvarez de Sotomayor, en una supuesta y misteriosa muerte, supuestamente muere en 1486, pero más que morir desaparece porque no hay entierro, no se encuentra el cuerpo, nadie lo reclama, y casualmente el día que Cristóbal Colón visita a los Reyes Católicos está documentado que es el mismo día que Pedro Madruga visita a los monarcas, en la misma corte, en el mismo día y a la misma hora, estuvieron sentados en el mismo banco. Después desapareció misteriosamente y no se sabe nada de él pero curiosamente aparecen más de 100 documentos que lo dan por vivo hasta 1506. Se trata de reclamaciones de dinero, pleitos etc donde se menciona a Pedro Madruga como una persona viva.
Por los escritos que dejó Colón se puede ver que los personajes son el mismo, Colón decía que la forma de vivir de sus antepasados fue el de mercaderías por la mar, como  los Colón de Pontevedra, que eran mercaderes, todos relacionados con las actividades marítimas de aquella época, su padre Fernán Yáñez de Sotomayor era un importante armador de Pontevedra, tenía la capitanía de barcos  propios, de mercancías y de “al corso” y están relacionados con los de Colón de Pontevedra.          
Colón decía que vivió de las armas, Pedro Álvarez de Sotomayor se enroló como mercenario, adiestrándose en el manejo de las armas.                
Colón decía que estuvo veintitrés años en la mar y Pedro Álvarez de Sotomayor comprueba que estuvo veintitrés años en la mar,  hay constancias que justifican a Pedro A. de Sotomayor sus conocimientos náuticos y su ausencia de 23 años, existen varios documentos y cronistas de la época que lo avalan, entre otros, Vasco De Aponte que nos dice “Pedro Álvarez de Sotomayor llega a Galicia con muchas riquezas por sus correrías marítimas y grandes alianzas portuguesas” o como nos narra L. Ferreiro: “una vez liberado de la tutela de Fray Esteban de Soutelo, en 1446 “cambió los libros por la espada”, y en 1469 regresó a Galicia después de veintitrés años de ausencia”.

 El fraile Diego de Deza estudió junto con Pedro A.de Sotomayor, y fue de los que más apoyaron a Colón en su empresa del descubrimiento. El cardenal de Toledo que también lo ayudó era pariente de los  Sotomayor; los amigos de Colón son también los amigos y valedores de Pedro A.de Sotomayor, los enemigos de Colón que siempre lo estuvieron fustigando son curiosamente los enemigos de Pedro A. de Sotomayor, entre ellos el arzobispo Fonseca.                    

El comportamiento de Pedro Álvarez de Sotomayor a quien sus enemigos  tenían por cruel, es igual que el comportamiento de Colón. Pese a lo que muchos creen, Colón era cruel y déspota como lo aseguran sus marineros y contemporáneos, que es el clásico comportamiento de un señor feudal de la época.             

Lucio Marineo Siculo, capellán y confesor de los Reyes Católicos, que conoció en la Corte a Colón, escribe un libro contando todo lo relacionado con la “gesta del descubrimiento” y en un párrafo refiriéndose a Colón, lo nombra como Don Pedro Colón, al igual que el historiador portugués  Gaspar Fructuoso, también contemporáneo a Colón, lo llamaba Pedro Colón, la propia Academia de la Historia, llega a la conclusión de que su nombre de pila completo era Cristóbal Pedro,  como se refleja en la abreviatura del documento de 1496: XPº de Colón.

 

Todos sabemos que el primer viaje partió del puerto andaluz de Palos de la Frontera, la intención de la flota que volvió a España para contar los descubrimientos americanos de su Almirante, Cristóbal Colón, era la de atracar en el mismo punto. Pero una tormenta a la altura de Las Azores dividió al grupo de embarcaciones provocando que el piloto de la carabela Pinta, Cristóbal García Sarmiento,  pusiera rumbo al norte, hacia Galicia. Allí encontró abrigo en el puerto de Baiona. Hay quien dice que Sarmiento barrió para casa, porque era vecino de la zona y conocía bien sus aguas.

La Carabela Pinta entró al puerto de Baiona el 1 de marzo de 1493, tres días antes de que, la Niña, lo hiciera en Lisboa, con Colón a bordo.  La Nao Santa María había naufragado en una tormenta el 25 de diciembre de 1492. Resulta absolutamente insólito que viniendo juntas las naves, cuando se separan a la altura de las Azores, prácticamente en línea recta hacia Lisboa, la embarcación que realiza una travesía algo más extensa (unos cien kilómetros) llegue  tres días antes a puerto. Esto no obstante tiene una explicación muy sencilla, la Pinta esquivó la tormenta, cosa que no hizo La Niña, con el Almirante a bordo, como sería lo lógico, sino que se dirigieron hacia Lisboa, a través de la tormenta. Todo ello con el fin de no atracar en Baiona.
Ésta villa pertenecía a las antiguas posesiones de Pedro Madruga (alias de Cristóbal Colón), donde éste podría ser fácilmente reconocido por sus antiguos vasallos, y dado que estaba oficialmente muerto -tras su acuerdo con los reyes católicos-, Colón no podía romper ese pacto, o podía perder todo lo acordado en Santa Fe. Eso era precisamente, lo que le obligaba a navegar hacia Lisboa, en plena tormenta, donde  atracó con el barco en pésimas condiciones.
De este primer viaje, Colón llevó aborígenes como testimonio de primera mano de su descubrimiento, y tenía interés por convertirlos en traductores de sus futuros viajes, y también los exhibía -junto a animales exóticos, oro y productos de aquellas lejanas tierras- a los reyes y nobles que acudían en tropel a recibirlo, tanto en Portugal como en España. Esos primeros seres -de los que poco se sabe- fueron cristianizados en Barcelona, y brindados allí a los reyes católicos. Sin embargo, a la vuelta de su segundo viaje, en Junio de 1496, Colón llevaría consigo a dos nativos más, para convertirlos en traductores, y los bautizó en el monasterio de Guadalupe, en Cáceres. Esta segunda ceremonia de bautismo nos aporta otra prueba más de la identidad del noble gallego, pues en esa forzada incorporación  al catolicismo les impuso los nombres de ¡Cristóbal y Pedro! casualmente, los mismos nombres de Pedro Madruga y su alter ego, Cristóbal Colón.
Colón escribió a los reyes una carta donde decía que dejó tierras, mujer e hijos al desplazarse a Castilla, pero, si lo acompañaba su hijo Diego y su otro hijo Hernando todavía no naciera, además  ya no tenía mujer (era viudo), se tenía que referir a la familia que dejara en Galicia.        Colón  en una carta que le escribió a su hijo Diego desde Sevilla el 1 de diciembre de 1504, le hace referencia al cuidado de otros diez hermanos “… Diez hermanos no te serían demasiados, nunca yo falle mayor amigo a diestro y siniestro que mis hermanos…”. Pedro Álvarez de Sotomayor tuvo con Teresa de Távora, 9 hijos que sumados al que tuvo Colón con su amante  Beatriz Enríquez, serian los 10 hermanos de Diego.          Cristóbal Colón veló por los hijos de Pedro A. de Sotomayor a excepción de Álvaro de Sotomayor, al que su padre había desheredado.                
En la corte de Carlos V existe un texto que menciona a Diego Sotomayor el hijo de Pedro A. de Sotomayor, como hijo de Colón.
En el segundo viaje, bajo las órdenes de Ponce de León viajó Cristóbal de Sotomayor hijo de Pedro Madruga, quien fue el primer colonizador de Puerto Rico, él fundó dos villas, una Távora, el apellido de su madre, condesa de Caminha y la otra Sotomayor, en la que aún hoy le llaman Cristóbal Colón de Sotomayor por su parecido con el Almirante.
La criptica firma de Colón es interpretada por Alfonso Philippot como el árbol genealógico de Pedro A. de Sotomayor.                                                                       
Colón afirmó que conocía los secretos más celosamente guardados de Portugal, Pedro A. de Sotomayor, era del pequeño grupo de personas que conocía esos secretos.
 La Casa donde hoy está el Museo de Colón en Poio, la tradición decía que era la casa natal de Cristóbal Colón, tradición oral recogida a principios de siglo pasado entre personas de más de 80 años que atestiguaban haberlo oído a sus padres y abuelos, y estos a los suyos respectivamente.
Con motivo de una relamación judicial que se intenta sobre la propiedad de la finca denominada “La Pun­tada”, del lugar de Portosanto en Poio (Pontevedra), inmediata a la casa situada en el mismo punto, en la que se conjetura que nació Colón, aparecieron dos interesantísimos documentos, uno de los cuales expresa que en 1796 el Señor Duque de Veragua (descendiente de Colón. El Ducado de Veragua, erigido en 1537 en territorios hoy pertenecientes a Panamá, cuyo primer titular fue Luis Colón y Toledo, quien en 1556 devolvió a la Corona de Castilla el señorío territorial, aunque conservó el título de Duque.), vendió a F. Troitiño, de la parroquia de Pereira, jurisdición de Montes (Forcarey), la mencionada finca de La Puntada con su casa y renta que en ella se cobraba, declarando el vendedor, o sea el Duque, que tal finca le pertenece por herencia de sus padres.
El otro documento, del año 1811, consigna un arrendamiento de la citada propiedad efec­tuado por un descendiente de Troitiño a favor del que fue procurador en Pontevedra D. Miguel de Vigo, y en el cual hace constar el arrendador que la finca arrendada es proce­dente del señor Duque de Veragua.
El primer lugar donde fue enterrado Colón pertenece a la familia “de la Cerda” familiares de los Sotomayor, es el mismo lugar donde enterraron a Fernán Yáñez de Sotomayor, padre de Pedro A. de Sotomayor. La segunda sepultura de Colón se hizo en Sevilla en el monasterio de la  Cartuja junto a unos primos de Pedro A. de Sotomayor.   Dice José Mosqueira Manso, Capitán de la Marina Mercante y Oficial de la Reserva Naval Española, en su libro “La Cuna Gallega de Cristóbal Colón”: “Encontrándome cierto día del año 1953 con el doctor Albert Harkness Jr. En su despacho de Agregado Cultural en la Embajada norteamericana, en Caracas, recayó la conversación sobre varios artículos míos referidos al Almirante, publicados en distintos órganos de prensa de Caracas. Le extrañaba sobremanera esa similitud de nombres entre Galicia y las costas descubiertas por el inmortal navegante.”
“Al preguntarme si estaba seguro de esa homonimia gallega y contestarle afirmativamente, dice: -Si en efecto ello resulta ser así, entonces varía el panorama acerca de la verdadera cuna de Colón.”
Tomando esta reflexión del diplomático  la enlazó con una resolución conjunta de ambas cámaras del parlamento de los EE.UU. que dice lo siguiente:

Iniciado y mantenido en la ciudad de Washington el viernes, tercer día de enero,
de mil novecientos noventa y dos
 
Resolución Conjunta
 
En apoyo a la plantación de 500 árboles de la especie secoya de California en 
España, en conmemoración del quinto centenario del viaje de Cristóbal Colón y la 
designación de los árboles como un regalo para los españoles. 
 
Considerando que el viaje de Cristóbal Colón a través del Atlántico en 1492 
estableció comunicaciones permanentes entre los hemisferios oriental y occidental
 y puso en marcha la mayor migración de los seres humanos en la historia del 
mundo;  
Considerando que dicha travesía estimuló la primera circunnavegación del mundo y
 otras exploraciones que dieron a la humanidad su primera auténtica comprensión 
de la geografía de la Tierra;  
Considerando que dicha travesía inauguró un nuevo mundo que dio lugar a la 
formación de los Estados Unidos;
   y  
Considerando que el quinto centenario de dicha travesía es un momento adecuado
para su conmemoración mediante la plantación de un bosque de secoyas de 
California en la costa noroeste de España que mira al Océano Atlántico, para que
durante los próximos 5 siglos, como los árboles crecerán desde plantines hasta su 
noble esplendor en el suelo del hemisferio oriental, den a cada persona que los visita una
 experiencia del impresionante potencial y la maravillosa belleza de la Creación y representen la 
esperanza de un futuro de creciente amistad entre los pueblos de oriente y occidente: Ahora, por lo
 tanto,
      Se resuelve por el Senado y la Cámara de Representantes de los Estados Unidos
 de América reunidos en Congreso, que- 
         (1) el Congreso apoya la plantación de 500 árboles de secoya de 
California, en la costa del noroeste de España que está siendo organizado por 
personas en los Estados Unidos, en cooperación con las agencias del Gobierno
de España en conmemoración del quinto centenario del viaje de Cristóbal Colón al Nuevo
 Mundo;  y 
         (2) este tipo de árboles, que serán plantados en diciembre de 1992 en las
 tierras reservadas a tal efecto por la autoridad de la Xunta de Galicia y la 
Comunidad de Montes de San Xoán en la provincia de Pontevedra y 
supervisados ​​por el servicio forestal de dicha provincia , se designan como un 
regalo para el pueblo de España hecho en nombre del pueblo de los Estados 
Unidos.
Firmaron: El presidente del Cuerpo de Representantes y el Vicepresidente de 
los EE.UU y a la vez presidente del Senado.
(Traducción realizada por Amneris Suárez)



Secoyas del Bosque de Colón, en el Monte de la Escusa, en Poio-Pontevedra.