lunes, 12 de agosto de 2002

Feliz día del Niño y que no se festeje más

Hoy es el Día del Niño. 
Al igual que los del padre, la madre, la novia, los enamorados, los abuelos etc, estos días movilizan no solo importantes actividades mercantiles, sino también los mas diversos sentimientos
De todos ellos, no obstante, yo desearía suprimir el día del niño.
Porque en este mundo lleno de injusticias, mentiras, traiciones y cuanta otra calamidad se nos ocurra ejecutar a los humanos, los niños siguen siendo pureza, inocencia e indefensión.
Y como puedo yo pensar en celebraciones mientras miro a Rosario y veo a la niña de su edad que los cobardes asesinos de ETA mataron hace hoy una semana en Alicante. Y que festejar, si millones de niños que nacieron cuando Rosario, hoy ya no viven, por falta de comida o de medicamentos. Y otros millones de niños también de la edad de Rosario nunca van a saber leer ni escribir , es decir, tendrán la peor de las vidas, vivirán inmersos en las tinieblas de la ignorancia.
Y como Rosario también son los chicos del jardín de infantes que salieron en las fotografías de las diarios del jueves junto al Secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O´Neill, personaje que seguramente debe estar tan preocupado por el futuro de esos niños como yo por los reptiles del gran Cañón del Colorado, si es que existen.
Pero no nos confundamos, el señor O'Neill no es el culpable de nuestros males, que son muchos; los principales culpables los tenemos adentro, son nuestros propios dirigentes, los de todos los estamentos. A ellos debemos manifestarles nuestro rechazo permanente y pedirles, exigirles, rendición de cuentas.
En cuanto a O'Neill que representa el poder de los monopolios, la prepotencia global, el control de nuestros cipayos vernáculos, no deja de ser un hombre, y yo me resisto a que a un hombre como protesta se le arrojen huevos cuando hay gente que pasa hambre. Ya sé, es mínimo lo que esos huevos hubiesen podido paliar, pero son un símbolo.
Y hablando de símbolos quiero recordar al gran paladín de la protesta inteligente.
El gran patriota de la India, el Mahatma Ghandi. Él, que logró nada menos que la independencia de su país del yugo inglés no arrojaba alimentos, por el contrario, sus protestas mas célebres fueron a través de huelgas de hambre.
Ghandi, además, aconsejaba a su pueblo represalias como no usar tejidos importados de Inglaterra y reemplazarlos por los de los telares artesanales de los propios indios. Y no sal envasada, que por imposición de Imperio, debía ser comprada en Inglaterra y en cambio aconsejaba ir al mar en busca de esa misma sal
Esto fue hace mas de 50 años. Yo no creo que hoy nuestros dirigentes vayan a hacer huelgas de hambre, aunque a algunos de ellos les vendría muy bien, hasta estéticamente.
Pero, los de abajo, no le arrojemos comida a un yanqui y mientras consumimos e imitamos toda la basura que ellos nos envían, desde la material hasta la cultural.

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